DERMATOLOGÍA QUIRÚRGICA
Llamada también cirugía cutánea, es un campo de la dermatología que ofrece tratamiento a patologías o condiciones de la piel y sus anexos cutáneos (uñas, pelo, glándulas sebáceas), o aquellas localizadas en mucosas (oral y ano-genital); que no se pueden resolver con tratamientos médicos.
Existen varias técnicas quirúrgicas y no quirúrgicas, extensamente empleadas por los médicos dermatólogos para este efecto, como por ejemplo: electrocoagulación, crioterapia, shaves, legrado cutáneo, excéresis quirúrgica, dermabrasión, microdermabrasión, administración de hemoderivados (plasma rico en plaquetas), trasplante de cabello, y tantos otros procedimientos.
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ACROCORDONES
Son proliferaciones dérmicas benignas que se forma principalmente en las zonas donde la piel forma pliegues, como los párpados, el cuello, las axilas y la región inguinal. Se exhiben como pápulas o como excrecencias filiformes, únicas o múltiples, algunas de color piel otras hiperpigmentadas; y a veces muestran inflamación y necrosis después de un traumatismo o torsión.
Este pequeño tumor inofensivo puede relacionarse con trastornos como sobrepeso, obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, síndrome metabólico, e incluso se han propuesto su relación con algunas enfermedades gastrointestinales, que constituyen problemas de salud mundial.
Reconocer estos marcadores cutáneos de forma precisa, nos permite a los médicos dermatólogos promover acciones saludables, con la finalidad de evitar el desarrollo de enfermedades prevenibles en años futuros.
ANGIOMA RUBI
Son dilataciones vasculares localizadas en cualquier sitio de la piel, especialmente en el tronco; también llamadas angiomas seniles. Forman parte de los cambios que experimenta la piel a medida que transcurre el tiempo e influenciados por los cambios hormonales propias de la edad. Son lesiones benignas que suponen un problema estético o de cierta incomodidad, en caso de que sangren o piquen.
Constituyen un motivo de consulta altamente frecuente en la práctica clínica dermatológica. Su tratamiento es sencillo y seguro, pero se requieren procedimientos dermatológicos específicos para lograr su resolución.
DERMATOFIBROMAS
Es un tumor cutáneo benigno muy frecuente, originado por la proliferación excesiva del tejido fibroso de la dermis.
Generalmente se manifiestan como máculas, pápulas o nódulos firmes de color marrón o violáceo, de 0.5-1 cm de diámetro; son lesiones asintomáticas, aunque ocasionalmente pueden ocasionar dolor o picazón. Existen algunas variantes raras que pueden crecer de forma acelerada sin que esto implique malignidad de la lesión.
El dermatólogo normalmente es capaz de diagnosticarlo mediante la exploración visual y la palpación de la lesión, y a su vez, lo diferenciará de una verdadera lesión maligna.
El tratamiento más efectivo y único recomendable es la extracción quirúrgica con anestesia local y la consecutiva confirmación histopatológica.
ENFERMEDADES DE LAS UÑAS
Las enfermedades de las uñas en muchos casos pasan inadvertidas, pues la mayoría de sus signos son inespecíficos y no los prestamos atención. Las uñas al igual que la piel, son susceptibles de procedimientos quirúrgicos por diversas causas, siendo la uña encarnada la principal razón para intervenirla; pero ésta también puede ser el asiento de patología inflamatoria, traumática, infecciosa, tumoral, o alertarnos de enfermedades a distancia. La cirugía de uña además abarca métodos diagnósticos como la toma de biopsia de los diferentes componentes de la uña, que finalmente nos guiarán en el tratamiento y pronóstico de las enfermedades ungueales.
Los médicos dermatólogos somos los encargados de la inspección detallada de las uñas, lo cual es de utilidad para prevenir, diagnosticar y finalmente tratar con medios conservadores o técnicas quirúrgicas sus enfermedades.
QUERATOSIS SEBORREICA
Es uno de los tumores de piel no cancerosos más frecuentes en personas mayores de 40 años, con cierta tendencia hereditaria.
Generalmente aparece como un crecimiento marrón-negruzco, de aspecto escamoso y levemente elevado, se localiza en cualquier parte de la piel, excepto palmas y plantas.
La queratosis seborreica normalmente no provoca dolor y no requiere tratamiento, pero crece, pudiendo alcanzar un tamaño considerable y eventualmente acompañarse de escozor, y tornarse un padecimiento antiestético. Sin embargo el aparecimiento de múltiples queratosis seborreicas puede ser un signo ominoso, secundario a la existencia de un tumor maligno oculto.
Habitualmente se eliminan por cuestiones estéticas o molestias leves, para el efecto, disponemos de varios métodos para erradicarlas, obteniendo resultados convenientes.
QUISTE EPIDERMICO
Es una protuberancia a menudo centrado por un orificio puntiforme a través del cual puede exprimirse un material blanco-amarillento, de olor fétido. Son de crecimiento lento que contiene un material sebáceo, folicular y queratinoso. Se suelen localizar en el cuero cabelludo, las orejas, la cara, la espalda, el escroto, o en la zona retroauricular.
Los pacientes con quistes consultan por preocupaciones cosméticas, o debido a la incomodidad, la irritación mecánica, inflamación o infección repetida del quiste. En este escenario y ante una neoformación con estas características, el tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica en manos expertas.
QUERATOSIS ACTINICA
También conocida como queratosis solar, es considerada un precáncer de piel muy común. La exposición solar crónica es la causa de casi todas las queratosis actínicas; como el daño solar se va acumulando, un corto período de exposición solar se suma a la cantidad total de sol recibida.
Se reconocen como lesiones escamosas con una base enrojecida, suelen tener menos de 1 cm de diámetro, y aparecen en zonas de piel fotoexpuesta (calva, orejas, escote, antebrazos y dorso de manos) de personas de piel blanca, de edad media y avanzada especialmente.
La queratosis actínica constituye una forma incipiente de cáncer cutáneo no melanoma, que si se trata precozmente, se pueden eliminar antes de que se conviertan en cáncer de piel. Por ello, es importante seguir correctamente las pautas de tratamiento indicadas por el dermatólogo y examinar la piel al menos 1 vez al año.
TUMORES DE LA PIEL
DERMATOLOGÍA ONCOLÓGICA
Es la rama de la dermatología, que se ocupa de la prevención, el estudio, diagnóstico, tratamiento y seguimiento del cáncer de piel. El cáncer de piel es uno de los más frecuentes junto con el de pulmón, colon, mama y próstata. En especial en nuestro país; por la situación geográfica en la que estamos ubicados, pues el factor más importante involucrado en el origen del cáncer de piel es la exposición a la radiación ultravioleta.
Abordar el diagnóstico precoz y plantear el mejor tratamiento en etapas tempranas del desarrollo de los tumores cutáneos, es deber de nuestra consulta especializada, pues así evitaremos la presencia de lesiones malignas en estadios avanzados, en los que no sea posible optar por una terapia curativa.
CARCINOMA BASOCELULAR
Es el tipo más frecuente de cáncer de piel. Se caracteriza por ser una pápula brillante, que crece lentamente y luego de algunos meses o incluso años, se torna de aspecto tumoral con una úlcera central; con formación de costras y sangrado recurrente. Prefiere localizarse en áreas de piel expuestas al sol, como cara, pabellones auriculares, antebrazos y dorso de manos; con capacidad destructiva a nivel local, y con la posibilidad de comprometer extensas áreas de piel, cartílago y en raras ocasiones hueso.
En nuestro país por la situación geográfica en la que nos encontramos, la escasa educación de fotoprotección, el uso de cámaras de bronceado, la radioterapia y el contacto con arsénico; incrementan el número de casos de cáncer de piel diagnosticados por año.
Es importante protegerse del sol, pero adicionalmente, acudir al dermatólogo para tratarnos oportunamente, de este cáncer que inicia como una inocente mancha; pero capaz de provocar graves deformidades e incluso la pérdida de órganos y privarnos de funciones vitales como la vista, el oído o el olfato.
CARCINOMA ESPINOCELULAR
Es un tumor maligno derivado de los queratinocitos, que puede aparecer en piel y mucosas, sobre lesiones previas, especialmente queratosis actínicas, cicatrices, dermatitis por radiación, quemaduras o lesiones en mucosas.
Se comportan de forma agresiva, son infiltrantes, destructores y con posibilidad de diseminarse a otros órganos.
Aparecen de manera particular en personas de edad avanzada, de entre 60 y 70 años de edad, de piel blanca, con ojos y cabello claro; que trabajan al aire libre, sin protección solar adecuada.
La mayoría de los carcinomas espinocelulares localizados en la piel, pueden extirparse por completo mediante cirugía, o eliminarlos con medicamentos de aplicación tópica. El tratamiento dirigido a este tipo de tumor se lo escogerá en función de su tamaño, ubicación, la agresividad del mismo, y además de sus preferencias personales.
Es importante destacar que si usted presenta una herida o lesión en la piel que no cicatriza, acuda a su médico dermatólogo para que realice una adecuada exploración física, defina un diagnóstico e instaure el tratamiento ideal.
Luego del tratamiento de un carcinoma espinocelular, el seguimiento realizado por su dermatólogo es crucial; así como el autoexamen que el paciente deberá realizarlo con regularidad.
LINFOMA CUTANEO
Es un tipo de cáncer poco frecuente que se origina en los glóbulos blancos y ataca la piel, pues contiene características idóneas para el desarrollo de linfomas. Existen varios tipos de linfomas cutáneos que se conocen en conjunto como linfomas no Hodgkin.
Existen diversas formas de presentación, según el tipo de linfoma. Generalmente aparecen en forma de manchas rojizas, presentarse en forma de lesiones escamosas, o en forma de tumores; pudiendo a menudo ser confundidos con otros problemas dermatológicos menos serios. Es importante destacar que si la enfermedad se extiende fuera de la piel, se pueden asociar síntomas generales como sudores nocturnos, fiebre, malestar general, o pérdida de peso.
El diagnóstico de linfoma cutáneo demanda un abanico de estudios, para clasificar de forma correcta a los pacientes; estos estudios incluyen exámenes clínicos, radiológicos, histopatológicos e incluso estudios moleculares.
Los tratamientos pueden abarcar cremas, medicamentos, fototerapia, y radioterapia.
MELANOMA CUTÁNEO
Es el tercer tumor maligno más frecuente de la piel. Se origina en las células que dan color a la piel y pelo (melanocitos). Cualquier persona puede padecer un melanoma cutáneo, pero existen algunos factores predisponentes como: historia familiar de melanoma, antecedente personal de melanoma u otro tipo de cáncer de piel, tener ojos y cabello claros, quemaduras solares a repetición, presencia de nevos (lunares) atípicos, nevos y pecas múltiples, especialmente si están localizados en el tronco; aunque otras áreas de la superficie corporal también puede verse afectadas.
La mejor evaluación clínica la realizará un médico dermatólogo; mediante un examen físico minucioso, que permita identificar e intervenir apropiadamente sobre lesiones sospechosas.
Su alta tasa de letalidad se debe a la etapa avanzada en que suele diagnosticarse, en tal virtud, es importante recalcar que, las fases tempranas de este tumor son curables, y que; la prevención primaria y el diagnóstico oportuno son las dos únicas opciones para disminuir su elevada tasa de mortalidad.
SARCOMAS
Los sarcomas de partes blandas son tumores malignos que se localizan en el tejido graso, muscular, los tendones, los vasos sanguíneos, los nervios y los tejidos profundos de la piel.
Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más frecuentes en los brazos y piernas, pero también pueden ubicarse en el tronco, cabeza, cuello, y en órganos internos.
La forma de presentación más frecuente es la aparición de un bulto a nivel de las extremidades, usualmente indoloros, pero que pueden crecer rápidamente.
Mientras la tumoración aumenta de tamaño, puede causar dolor, al hacer presión sobre músculos o terminaciones nerviosas, o al comprimir órganos vecinos también.
El hecho de que la gran mayoría de las tumoraciones de tejidos blandos sean benignas, provoca que muchas veces no se considere inicialmente la posibilidad de que se trate de un sarcoma. En consecuencia, puede retrasarse el diagnóstico, y en algunos casos incluso, puede realizarse un tratamiento inicial que no sea el acertado.
Por ello, es importante acudir prontamente al médico dermatólogo, quien conoce los criterios de riesgo que alertan sobre la posibilidad de que una lesión se trate de un sarcoma.
Dra. Magally Núnez
Dermatóloga
Santo Domingo de los Tsáchilas.
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